Después de cursar la formación como quiromasajista y tras unos años de experiencia y de búsqueda, navegando en distintas aguas formativas, vivenciales y de experiencia, decidí bautizar mi trabajo con el masaje como “Piel y Tacto”. Fue por el año 2005. Este nombre y su imagen me acompañaron hasta que decidí emprender un proyecto formativo, acompañado por un equipo del que conservo grandes recuerdos y alguna amistad que nos acompañará siempre. Para este proyecto creí que necesitaba reconsiderar mi forma de nombrar lo que hacía, buscando un nombre que fuera más integrador, técnico y “profesional”. Inicio mi proceso de dirigir la formación en “Masaje Integrativo Terapéutico”, en el que he tenido el placer de acompañar a bellas personas en sus caminos y procesos de formación personal y profesional. Un nombre para una formación que no terminaba de conectar con la esencia de la propuesta que se iba definiendo como “un masaje de amor para el alma”. Tras unos años de abandonar el plan formativo y unos cambios profundos e íntimos en mi forma de hacer y estar en el masaje y en el contacto necesito nombrarlo desde un prisma más holístico. “MASS’H. Masaje Holístico” ha sido la forma de salir de lo viejo para entrar en lo nuevo. Ahora me planteo ir a la esencia, crear marca, algo que me identifique, que pueda permanecer y expresar una forma de entender este arte de conexión y consciencia, de acompañar a cada persona con lo que hay, con lo que aparece, a través de las manos, del pecho, de la respiración; dibujando poesía, sentimiento, melodía, … El arte de tocar. En cada toque tocamos y somos tocados, la piel nos toca y somos tocadas por la piel. A través del pequeño fragmento que ocupan nuestras manos tocamos y somos tocadas en lo más profundo del alma, del corazón, de una sabiduría ancestral, chamánica, que es meditación y consciencia.