Fue por enero de 2014. Experiencia de arte, desarrollo personal y naturaleza: Somos. En el Refugio El Ubeire y alrededores. Fue una experiencia entrañable. La recuerdo cargada de energÃa. Aunque el exterior era frÃo, nuestros corazones estaban llenos de calor, vibrantes, tocando la trascendencia de lo salvaje, de sentirnos parte, de vivirnos como animales en su danza de supervivencia. Tuvimos tiempo para la paz y el silencio de una mirada nocturna a un cielo salpicado de estrellas. El encuentro con la expresión colorida de la pintura sobre tela, en el recogimiento de un fuego de leña, músicas, sonidos, bailes. Fuimos tribu cercana, Ãntima, desnudando el alma con cuidado y poesÃa. Incluso vino a despedirnos la nieve. Tal escenario se merecÃa una foto de grupo para el recuerdo, que hoy me permito traer. Si alguien se reconoce que se etiquete, que comente sus recuerdos. Siempre un placer compartir.
Ahora que la naturaleza se muestra brillante, luminosa, ocupando el espacio que hemos dejado; me viene decir: volveremos a visitar con la consciencia de no ser otra cosa que naturaleza en la naturaleza, para honrarla, respetarla, sentirla, expresar el arte que emana del reencuentro. SerÃa mágico volvernos a ver en ese lugar, con nuevas energÃas, nuevas danzas, nuevos sonidos, nuevas poesÃas, nuevos colores, incluso nuevas caras, …que siempre estuvieron ahÃ.
